Entre el 14 y el 20 de mayo se celebró en los hospitales porteños, la semana mundial del Parto Respetado. “Apoyo amoroso y continuo para mi y para mi bebé” fue la consigna con la que se vivió esa semana en el Hospital de Agudos Teodoro Álvarez. El servicio del obstetricia del hospital organizó diversas acciones para dialogar y concientizar sobre los derechos que protegen a las madres e hijos al momento del nacimiento. Hormigas y Cigarras se comunicó con Alejandra Avendaño, médica obstetra con 30 años de experiencia en sistema público y 15 años de experiencia en partos domiciliarios, integrante del equipo Nacer en familia.

En el espacio público del Álvarez, residentes y concurrentes obstétricas implementaron actividades dirigidas a la comunidad y al equipo de salud del Hospital para difundir estos derechos en el proceso del nacimiento. Las actividades se desarrollaron en la entrada del Pabellón G, donde colocaron una enorme bandera con la leyenda " Semana del Parto Respetado" y se realizaron charlas en sala de espera, con entrega de folletería especialmente diseñada, que explica la importancia de conocer los derechos de la embarazada y la familia en el embarazo, parto y post-parto, y el alcance de la ley Nacional 25.929. "Menos interferencia, más cuidados", fue otro de los lemas de esa semana del 14 al 20 de mayo. La iniciativa nació hace catorce años, cuando lo propuso la Asociación Francesa por el Parto Respetado (AFAR) y desde entonces se replica en distintas ciudades del mundo. En cuanto a la ley 25.929, en la que hizo hincapié la campaña llevada adelante en el hospital Álvarez, tuvo también su origen en 2004. La ley señala que "toda mujer tiene derecho a un parto natural, a estar acompañada por la persona que ella desee, a elegir la posición en la que quiere parir, a transitar su embarazo, parto y posparto respetada en todos los sentidos y a ser protagonista activa y recibir información necesaria para decidir".
No obstante, la ley no se aplica de la manera esperada, al igual que otras normas como las vinculadas a los derechos que asisten a las mujeres para interrumpir embarazos o la de Educación Sexual Integral (ESI). Mientras que la Organización Mundial de la Salud señala como tope aceptable el 15% de cesáreas, en Argentina las cesáreas están por encima del 31% de la totalidad de los partos en el sector público y en el sector privado alcanza el escandaloso 66%. Estos números hablan que está ocurriendo lo opuesto a un parto respetado si miramos lo que ocurre con las cesareas. En el medio quedan prácticas como las de episiotomías de rutina o que no se deje dilatar a la mujer en forma natural, por ejemplo.

Respetado

“El “parto respetado” o “parto humanizado” se basa en el respeto a las necesidades, deseos y derechos de las madres, padres y niños y niñas en el momento del nacimiento. Se refiere específicamente a generar un espacio familiar donde la mamá y su bebé sean los protagonistas y donde el nacimiento se desarrolle de la manera más natural posible”, comienza diciendo Alejandra Avendaño.
Respecto de la ley, opina que no termina de comprenderse en los lugares de asistencia. “Cada vez más, posiblemente en lo que tenga que ver con los acompañamientos, tanto en los hospitales como en los centros privados, están permitiendo el acompañamiento familiar de las mujeres que van a parir. Pero creo que esto es un poco más profundo que solo la ley. Te puedo contar mi opinión, no quiere decir que tenga que ser así, pero el parto es un evento fisiológico. Las mujeres lo traemos incorporado y quizás este sea el elemento central. Y cada mujer tiene una forma, una manera, un tiempo. No hay dos mujeres que sean iguales. Pero sí podemos decir que hay algo en común y es el proceso fisiológico y químico. Para mi eso es el centro de lo que significa el parto respetado. Y esto no hay forma de protegerlo con una ley porque debería ser la premisa de nosotras, los obstetras (…) Hoy la medicina y la sociedad en general han modificado un montón de situaciones y es como que perdió valor parir con el cuerpo”.
Para la doctora Avendaño lo que nos está ocurriendo es una mezcla de situaciones sociales, donde son las mismas mujeres, en parte por desconocimiento, las que no quieren atravesar doce horas de contracciones. Para esta médica con 30 años de experiencia en la atención en hospitales públicos, el hecho de que haya una ley que obligue al parto respetado le resulta inexplicable porque habla de como se perdió la naturaleza misma del parto.

A domicilio

No se trata de la cigüeña que entra por la chimenea, sino de el parto en casa. La Dra. Avendaño lleva 15 años en esa práctica y lo primero que señala es que “El parto en su espacio, el parto domiciliario, lo que permite es la expresión completa de este proceso químico. No hay ninguna intervención desde la medicina y tampoco desde lo social. Toda vez que la mujer debe salir de su casa, viajar, llegar a una institución, hablar con otras personas, institucionalirzarse...todo eso interfiere en el proceso químico que es el parto. Yo siempre les explico a las mujeres, el parto es el evento más primitivo, más animal que tenemos”.

En casa o institucionalizado, lo que se destacó en la campaña desarrollada en mayo fueron los derechos que tiene cada mujer a la hora de parir. De acuerdo al Ministerio de Salud de la Nación en un parto respetado, la madre tiene derecho: A ser informada sobre las distintas intervenciones médicas que pueden tener lugar durante el parto y postparto y participar activamente en las decisiones, a ser considerada como persona sana, lo que está por vivir forma parte natural de la vida. A ser respetada tanto en los tiempos biológicos como en los psicológico. A ser informada sobre la evolución de su parto, el estado de su hijo o hija y, en general, que se le explique las diferentes actuaciones de los profesionales. A no ser utilizada sin su consentimiento para algún tipo de investigación. A elegir acompañante tanto para el trabajo de parto, como para el parto en sí o para el post-parto y de la misma manera, tienen derecho a tener a su hijo o hija cerca mientras dure su internación. Esto último con la salvedad de que el neonato no requiera atención especial, claro está.
El ministerio informa además sobre la obligación de los y las profesionales a informar adecuadamente a la madre y a la familia sobre la importancia de la lactancia materna, el cuidado que requiere el o la bebé, sobre los efectos adversos de sustancias como el tabaco, el alcohol u otro tipo de drogas, entre otras.
HyC

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