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Lun 13 de Mayo de 2024

14 años de la desaparición de Luciano Arruga

Hoy se cumplen 14 años de la desaparición seguida de muerte de Luciano Arruga, joven de 16 años, habitante de los barrios empobrecidos de Lomas del Mirador, cuyo cuerpo fue encontrado casi seis años después sepultado como NN en el cementerio de Chacarita. El domingo se realizó en su barrio un nuevo encuentro encabezado por su madre y su hermana, para pedir justicia plena en una causa que está congelada. La lucha por verdad y justicia por Luciano se ha convertido en un emblema de la lucha contra la represión estatal

En un día como el de hoy, cerca de las 21 horas, Luciano Arruga le daba lo que sería el último beso a su madre, Mónica Alegre y salía de su casa en el barrio de Lomas del Mirador, partido de la Matanza. Desde 2007, la policía del bario, que usaba el destacamento de Indart y San Martín como aguantadero, intentaba reclutar a Luciano para robar para ellos. Luciano cartoneaba y vivía en uno de los barrios empobrecidos de la provincia. La negativa del joven le valió ser detenido en 2008, llevado a ese destacamento, torturado. A poco de andar el 2009 se produjo su desaparición.

Imagen de archivo del Espacio Luciano Arruga

La denuncia no prosperó en una justicia cómplice del accionar policial, pero si en algunas organizaciones sociales y medios de comunicación no subordinados a los gobiernos de turno. El camino comenzado desde esas primeras horas por familiares y amigos de Luciano fue intenso, no abandonó jamás la búsqueda y en su andar fue aglutinando como una estela decenas de otras causas de todo el país donde el Estado, tortura, mata, desaparece.

Cada año, el último domingo de enero, ese andar tiene su parada en la hoy plaza Luciano Arruga o en el destacamento o en una manifestación multitudinaria por el barrio, con la compañía de otros familiares que también se organizan por justicia. Producto de la lucha encabezada por su madre y su hermana, Vanesa Orieta, y acompañada por Familiares y Amigos, el 17 de octubre de 2014, tras la simple medida pericial de cruzar sus huellas digitales fue encontrado enterrado como NN en el cementerio de Chacarita.

La misma madrugada de su desaparición, el joven había sido atropellado por un auto cuando cruzaba desesperado, corriendo descalzo, la General Paz. Fue llevado al Santojanni, el hospital de CABA más cercano al accidente. Por allí habían pasado su hermana y amigos esa misma noche buscándolo, pero no dieron cuenta de él. La autopsia fue realizada tres días después y el forense actuante anotó que la víctima tenía entre 25 y 30 años, por lo que no coincidía con con los pedidos posteriores de la fiscal.

Desde entonces, la familia busca justicia ante un cúmulo de interrogantes, pero la causa no prospera. Este domingo 29 de enero se realizó un nuevo acto, esta vez frente a lo que fue el destacamento, hoy convertido en Espacio Luciano Arruga. Allí, en diálogo con La Retaguardia, Vanesa Orieta expresó: “Hace tiempo que venimos entendiendo lo difícil que es acceder a la verdad y a la justicia. Hace tiempo que venimos también planteando que nos genera mucha contradicción pedirle a la justicia que nos de respuesta, cuando consideramos que son responsables directos de las situaciones que sufren pibes y pibas en barrios empobrecidos. Creo que este año nos permite posicionarnos mejor con todas estas contradicciones, tomarlas, volver a visibilizar que entendemos que en un caso de desaparición forzada la responsabilidad tiene que ver con los autores materiales, pero también los políticos y judiciales y venimos a decir que hemos dado una vuelta y sentimos que estamos más fuertes, porque no nos obturó la posibilidad de articular con otros espacios la tristeza que provoca la impunidad. Empezamos a entender que ya no somos sólo la lucha en busca de verdad y justicia por Luciano. Y también empezamos a entender que quizá nos cueste muchos años más o quizá no accedamos a la verdad y la justicia en esta causa, pero que empezamos a encontrar una síntesis con muchas otras luchas, en donde la responsabilidad del Estado argentino es clara."

Vanesa y Mónica. Imagen de archivo del Espacio Luciano Arruga

Entre esas luchas a las que se refiere Vanesa se encuentran las de los pueblos originarios en defensa de sus territorios, las de todas las personas que reclaman, exigen una porción de tierra donde construir una vivienda, las de seres humanos empobrecidos. “Y me parece que cuando podemos sentirnos parte de todo esto nos alejamos de ese aislamiento al cual nos quieren llevar y nos quieren condenar cuando el paso del tiempo nos va lastimando por no poder acceder a la verdad y la justicia”, concluyó la hermana de Luciano.

La causa está caratulada como desaparición forzada de persona, por lo que no prescribe, el problema es que no avanza, aún se encuentra en etapa de instrucción. En relación a esta demora y en línea con lo expresado por su hija Vanesa, Mónica Alegre responde ante una pregunta del periodista Francisco Pandolfi (La Vaca): “Juegan con el desgaste, con el cansancio, con los recuerdos y también con tu economía, porque si vos no tenés un buen abogado… Mi abogado es del CELS y el CELS vos sabés hasta dónde patea; se va a desgarrar las vestiduras por el caso hasta que tocás al Estado, ahí da un pasito atrás. Entonces se dan pequeños pasos, la causa sigue moviéndose, pero no avanza. Todo seguirá así hasta que quizá algún día tenga un buen abogado y empiece de vuelta”.

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