La escuela secundaria Osvaldo Pugliese fue tomada por las y los estudiantes

Fue entre el 17 y el 19 de junio, en protesta por el plan Buenos Aires Aprende y en favor de la democracia, en el contexto de una oleada de tomas de colegios en la ciudad
Por Diego O. Orfila
Entre el martes 17 y el jueves 19 de junio la Escuela de Educación Media Osvaldo Pugliese (en Padilla 1051, a metros de avenida Juan B. Justo) estuvo tomada por las y los estudiantes. Esta acción fue en protesta por la implementación de las reformas educativas para la escuela secundaria denominadas Buenos Aires Aprende, que implementa el gobierno de la ciudad, y por la situación de vulnerabilidad de la democracia, materializada en el encarcelamiento de la dirigente Cristina Fernandez de Kirchner.
Un comunicado del Centro de Estudiantes a la “Asamblea Docente” explica: “Nos encontramos en una situación difícil, que no decidimos livianamente. La toma que llevamos adelante surge como una respuesta política y colectiva frente a una reforma educativa, como un intento de vaciamiento sistemático a las identidades que se crean en cada secundario, sumado al bajo presupuestario, a la criminalización de la protesta y al avance sobre los derechos que supimos conquistar como comunidad educativa”.
Respecto al encarcelamiento a la lideresa Cristina Fernandez, una estudiante de la toma comentó: “No dejemos de pensar que acá hay una cuestión en cuanto a nuestra justicia, que está pasando por encima de las carreras democráticas, más allá de lo que puedan pensar de esta dirigenta popular, Cristina Fernández de Kirchner. Entonces hay que ir a lo que nos compete, la democracia es algo que tenemos que sostener constantemente”.
La toma de la escuela Pugliese no fue la única. Según informó el sindicato docente Ademys, el viernes 13 de junio, en la ciudad había 15 establecimientos en manos de las y los estudiantes. La toma de la Pugliese comenzó el martes luego del horario escolar (ese día hubo clases habituales) y terminó el jueves al anochecer. El lunes 23 de junio se retomarán las clases habituales.
“Esto no es una ranchada en el colegio, es venir acá y bancarse. Es mucho. Quienes estuvimos en seguridad dormimos dos horas. Se viene acá con un código y, sobre todo, con una unidad. Más allá de cualquier diferencia que se dé por listas -que compitieron electoralmente por el centro de estudiantes-”, dijo una participante. Organizados en comisiones y comandados por el centro de estudiantes, las y los alumnos pasaron los días y las noches administrando los alimentos, el sueño nocturno, distintas actividades y las guardias. La rotación de estudiantes participantes de la toma, más las madres y padres que acompañaron a las y los jóvenes, permitieron que el establecimiento nunca quedara solo.
De estudiantes a profes
La toma fue una decisión colectiva de las y los alumnos de la Pugliese, luego de una serie de asambleas estudiantiles. “Esta es la línea del colegio, el respeto entre las personas. Capaz podés estar a favor o no, pero nos interpela a todos, entonces se habla para todos. El poder escuchar y el saber escuchar es clave”, describió otro alumno de la toma. Y agregó sobre las y los profes: “El buen contacto que se puede tener en este colegio con los profesores, suma. Los profesores nos enseñaron a pensar, nos enseñaron a decir ‘no está bien, vamos a protestar, vamos a poner el cuerpo’, que es lo que estamos haciendo”.
En comunicado a la “Asamblea Docente” que declaraba la toma había una sutil convocatoria a las y los educadores. “Les pedimos que puedan contemplar nuestras decisiones no como una falta, sino como una forma de cuidado, de resistencia y de aprendizaje político. Que nos escuchen, que nos comprendan y, sobre todo, que puedan ver en este gesto una continuidad de lo que ustedes mismos nos enseñaron: que en los momentos difíciles hay que sostenerse, mirarse, y no dejarse solxs. Porque si algo tenemos claro, es que una comunidad educativa no se defiende por partes, sino entre todxs”, declaraba.
Al parecer ese llamado a los adultos fue atendido. “Más allá de las barreras institucionales y protocolares, es bueno saber que hay una porción de los docentes de este colegio que hacen la bancada, más allá de lo presencial, desde lo moral y ético. -expresó la alumna consultada por Hormigas y Cigarras-. La toma siempre va a ser un quiebre. Es una medida de fuerza. Y la idea acá es generar aún más vínculos, más momentos de diálogo. Donde podamos llegar a más acuerdos”.
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