El sábado, en un operativo de fuerzas conjuntas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, coordinado por la AGC, la Policía de la Ciudad y la Guardia de Auxilio del GCBA, fue desalojado el Centro Cultural La Casa de Teresa, en el barrio de Almagro. A los integrantes del Centro Cultural se les exhibió una orden de la Fiscalía y no se les dio opción de negociar. El lugar fue desalojado y clausurado. Inmediatamente, desde La Casa de Teresa, primero realizaron la denuncia en los medios de lo que consideran una persecución y luego comenzaron a organizar actividades a modo de visibilización y resistencia. Estos intentos de disciplinamiento a la cultura no distribuida desde las propuestas gubernamentales no son nuevos y están estrechamente emparentados con el proyecto de modificación del código contravencional que facilitaría la persecución a los artistas callejeros.

Tras años de lucha, los vecinos de Parque Patricios lograron preservar el patrimonio cultural que significa el Cine Teatro Urquiza para el barrio y en general para los vecinos de la Ciudad de Buenos Aires. Ubicado en Av. Caseros 2826, fue comprado por Establecimientos Campana S.A. con el objetivo de tirar abajo el edificio y construir un complejo de oficinas y cocheras, para lo cual contaba con la venia del gobierno de la ciudad. Con el conocimiento del proyecto nació la resistencia vecinal, conjuntamente con actores y miembros de la cultura en general, así como clubes de la zona. El proyecto acordado hoy implica la construcción del edificio previsto, pero conservando, reconstruyendo el cine-teatro. Establecimientos Campana deberá hacerse cargo de esa reconstrucción y puesta a punto nuevamente de un complejo cultural nacido en 1921

Se fue febrero y en el último fin de semana se llevó el carnaval. Las murgas se tomarán unos días de descanso y recomenzarán la preparación del próximo. En el barrio el cierre se produjo el sábado 24 por más que al día siguiente el animador del tablado de Nazca y Jonte se esforzara por reanimar un cuerpo que estaba agotado. Dejó todo el color, la música, esa diversión de espuma que parece extraña a una época de redes virtuales. Y las expresiones políticas en una corriente de ida y vuelta con el público, siempre críticas a todos los gobiernos.