El Carnaval dejó por este año la Avda. Nazca y se trasladó a Jonte. En un escenario que disimula su modestia con excelentes luces, el segundo sábado se encendió con Zarabanda Arrabalera y a partir de ahí, las 21 horas, el movimiento que rodea a los tablados no paró. Con mayor presencia de Argentinos Juniors, los puestos esperan desde temprano. Los reyes son los que venden espuma.

El escenario se levanta en Punta Arenas y la Avda. Jonte, sobre Punta Arenas. Se puede describir como mínimo, con un banner genérico y que cobra vida con excelentes luces de colores variados y muy medidos. El sonido también acompaña y aporta lo suyo a la hora de entender las letras de las murgas. A su vez, buena parte de las murgas porteñas van año a año afiatando voces y ensamblando coros, de forma agregan algo más al tradicional baile. En particular Zarabanda Arrabalera, la murga de Parque de los Patricios que está recorriendo su carnaval número once se lució en ambos géneros: cuerpo de baile y voces. Las letras, como es tradición, nacen para criticar y el año ha dado inspiración de sobra, así que desde el Ara San Juan hasta los cortes y tarifas y el FMI estuvieron presentes en esta noche de sábado.
El público en general en este barrio no es tempranero. Recién pasadas las 20 y 30 se pudo sentir presencia de vecinas y vecinos y familias que se dan una vuelta antes o después de comer o a comer en los puestos con la única oferta gastronómica del tablado de La Paternal, choris y hamburguesas.
El carnaval satisface las expectativas de diversión más diversas. En un mundo aparte la mayoría de los más pequeños se saturan de espuma, ajenos completamente al quehacer murguero. A $60 el aerosol

El escenario se levanta en Punta Arenas y la Avda. Jonte, sobre Punta Arenas. Se puede describir como mínimo, con un banner genérico y que cobra vida con excelentes luces de colores variados y muy medidos. El sonido también acompaña y aporta lo suyo a la hora de entender las letras de las murgas. A su vez, buena parte de las murgas porteñas van año a año afiatando voces y ensamblando coros, de forma agregan algo más al tradicional baile. En particular Zarabanda Arrabalera, la murga de Parque de los Patricios que está recorriendo su carnaval número once se lució en ambos géneros: cuerpo de baile y voces. Las letras, como es tradición, nacen para criticar y el año ha dado inspiración de sobra, así que desde el Ara San Juan hasta los cortes y tarifas y el FMI estuvieron presentes en esta noche de sábado.

El público en general en este barrio no es tempranero. Recién pasadas las 20 y 30 se pudo sentir presencia de vecinas y vecinos y familias que se dan una vuelta antes o después de comer o a comer en los puestos con la única oferta gastronómica del tablado de La Paternal, choris y hamburguesas.

El carnaval satisface las expectativas de diversión más diversas. En un mundo aparte la mayoría de los más pequeños se saturan de espuma, ajenos completamente al quehacer murguero. A $60 el aerosol es un presupuesto aparte para madres y padres, se acaba y no es fácil de reponer. Siempre queda correr y correrse.

La diversión continúa mañana a la misma hora de arranque pero terminando a las 24.

HyC

es un presupuesto aparte para madres y padres, se acaba y no es fácil de reponer. Siempre queda correr y correrse.
La diversión continúa mañana a la misma hora de arranque pero terminando a las 24.
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