83 años cumplió la Biblioteca Rafael Obligado y los festejó el sábado 16 de setiembre a pura participación vecinal. Chacareras, zambas y escondidos movieron a las vecinas al centro de la calle. Cada vecino se trajo su mate y no faltó ni la torta. La reapertura de la Biblio se hace desear pero parece que los trabajos no son maquillaje

El 4 de setiembre de 1940 abrió sus puertas el Centro de Lectura Rafael Obligado, en el Pasaje Crainqueville 2233 del barrio de Santa Rita y la intención de vecinas y vecinos movilizados alrededor de su reapertura fue festejarlo lo más próximo al día de su cumpleaños. Pero el tiempo jugó una mala pasada, por lo que recién el sábado 16 de setiembre el pasaje se cortó una vez más para sembrarlo de alegría.

El festejo contó con buena concurrencia, a pesar de que podría pensarse de que la lucha ya se ganó, dado que está funcionando la biblioteca, aún no a pleno, pero tiene designada una bibliotecaria y una administrativa y las obras de reparación comenzaron por los techos y no paran. Sin embargo, hay muchos proyectos alrededor de la Biblioteca, que entusiasman al barrio que se junta para disfrutar y continúa aportando presencia.

En marcha

Roxana Amenabar en diálogo con Hormigas y Cigarras dijo que “Estamos muy contentas con Marcela y Melina, que son las dos bibliotecarias que han venido a trabajar a la Biblioteca Rafael Obligado. Ya está abierta y disponible para el retiro de libros, además que se limpió y se ordenó, los libros ya han sido clasificados y se retiran hasta tres por mes.”

Respecto a las obras afirmó: “Se está avanzando de a poco en la puesta en valor del edificio que está muy deteriorado. En los techos había una rotura muy, muy pronunciada, el piso de arriba se inundaba completo. Ya se hizo un arreglo de techos, de manera que ahora el agua que entra, a no ser que sea una de estas lluvias excepcionales, es casi nula. Se pintó, supuestamente van a poner un aire frío-calor, nosotras pedimos luz en la puerta, modernizaron el monitor de la computadora… y la idea es que, además de ser una biblioteca en su versión primaria, que es el préstamo de libros, podamos refundarla con otras actividades”

Para esta etapa ya hay propuestas de varias vecinas y vecinos que están dispuestos a dar talleres, previa coordinación con las autoridades de la Ciudad. “Pero hasta que la biblioteca no esté en funcionamiento pleno desde lo edilicio, esas actividades no se pueden hacer y siempre todo va a ser con autorización de los responsables del área”, explicó Amenabar, quien consideró que las autoridades en cuestión se han mostrado permeables a los pedidos de vecinas y vecinos.

La Fiesta

Mientras tanto, el pasaje Crainqueville era una fiesta. Érica y Martín hace 15 años que viven en el barrio, son pareja, ella toca el bombo y él la guitarra. Tiempo para tocar juntos han tenido, sin embargo, el sábado fue su primera vez haciendo un dúo folklórico en público y sonaron como si lo hubieran hecho toda la vida. El ritmo que consiguieron movió a varias de sus lugares al centro de la calle. Hicieron una ronda mientras movían imaginarias polleras y pañuelos, según fuera una zamba o un escondido lo que los músicos interpretaran.

“Es el debuto nuestro”, explicó Martín y Érica agregó que “Tocamos porque nos gusta la música, no porque hayamos estudiado, pero siempre, desde que estamos juntos, la música fue parte de nuestra vida. Tocamos por intuición”
Después llegó la hora de cantar y para eso estaba Lita, que se presentó como vecina de Villa del Parque y que con un modesto piano portátil puso a los presentes a entonar. “Lo que pasa que yo no acompaño cantantes” insinuó después, a modo de excusa, pero nada había salido mal. Lita es solista y forma parte de un ensamble. Finalmente le llegó la hora a la torta, con velita incluida, que una vecina preparó y con la que se cerró la jornada.

Hubo una fecha de inauguración, el 4 de setiembre, ya fallida. Pero todo el barrio va a esperar que en los meses que quedan de acá a fin de año se reinaugure con todo.