El proceso judicial por el incendio en Luis Viale al 1200 se cerró en 2019 con la absolución de los propietarios del local. Nunca fueron indagados. Fueron condenados en 2016 los capataces y desde entonces se formó una comisión para convertir el local en sitio de memoria. Hay un proyecto de ley presentado en la Cámara de Diputados de La Nación, avalado por varios integrantes, para tal fin. El sábado 4 de mayo se presentaron operarios para vaciar la planta baja. Dialogamos con Lourdes Hidalgo, que se interpuso para evitar el vaciamiento de los rastros de la masacre

El sábado 4 de mayo se encendieron las alarmas dentro de la Comisión por la Memoria y Justicia de los Obreros Textiles de Luis Viale: un grupo de obreros había irrumpido en el cuestionado local, habían descargado un volquete en la puerta y comenzaban con el vaciamiento de la planta baja. Lourdes Hidalgo, sobreviviente del incendio y referente de la comisión se apersonó inmediatamente e intentó evitar que las marcas de la masacre ocurrida hace 18 años terminaran en el Ceamse.

En comunicación con Hormigas y Cigarras, Lourdes explicó que “Estuve con un dolor profundo, y sigo, al ver lo que sacaron del taller, al ver los cochecitos de bebé ahí mismo con los pañales junto a muchas cosas que tiraron al bote de basura. Estaban zapatillas de niños, de niñas y realmente me partió el alma. Al ver todas esas cosas recordé lo que ocurrió el 30 de marzo (2006) y no podía contenerme y me planté en la puerta del taller”.

Esas imágenes, la de Lourdes encendida, tratando de detener a los trabajadores se viralizaron después. Es que estos objetos que nombró son parte de los que componen habitualmente un memorial. Esas cosas personales que muestran el momento en el que se paró el reloj, un par de anteojos, un zapato perdido en el intento de escapar. La mamadera sobre la máquina de coser, ajena al dolor circundante. La computadora que probablemente guardaba los movimientos entre los patrones Geiler y Fishberg y sus capataces y se encontraba aún en el cuartucho destinado a oficina.

Estas cosas que estaban presentes en 2016, diez cuando se ordenó por primera vez una inspección ocular al taller son las que Lourdes veía que terminarían en el fondo de un volquete si no se paraba el vaciamiento. “Me dio mucha impotencia, mucha rabia y por esa razón me planté, porque pedía que no tocaran la memoria de los que perdieron la vida en ese taller.”

Imagen de archivo 2016 – Inspección ocular

Los trabajadores que fueron a sacar las cosas le dijeron que los mandó el dueño, Daniel Alberto Fishber, y afirmaron que tenían una orden para hacer una limpieza porque posiblemente se estanque agua y haya una suerte de criadero de mosquitos. “Sin embargo – observó Lourdes – no comenzaron por limpiar la parte de arriba que está a la intemperie y con vegetación abundante, empezaron por vaciar la parte de abajo y borrar las evidencias”.

La policía no tardó en llegar: “Como siempre buscan hacernos tener miedo, pero yo estaba muy molesta, muy dolida y no me callé. No les gustó, así que les dije la verdad, que tus compañeros entraban acá y luego cargaban las prendas al baúl de la patrulla en vez de denunciar lo que estaban viendo”

El año pasado, las diputadas Mónica Macha, Paula Penacca, Rosana Bertone, Carolina Moises y el diputado Juan Carlos Alderete, ingresaron en la Cámara de Diputados de la Nación un proyecto de ley para declarar “De utilidad pública y sujeto a expropiación, en los términos de la ley 21.499, el inmueble sito en Luis Viale 1269/71, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (…) en el que se produjo la denominada “Masacre del Taller de Luis Viale” en el año 2006”.

Imagen de archivo 2016 – Inspección ocular

Asimismo, el artículo 2 del proyecto apunta a que es necesario que “… el inmueble expropiado debe conservar los elementos testimoniales que hacen a su valor histórico – cultural y configuran la memoria colectiva, que se debe preservar, contra la trata de personas con fines de explotación laboral. Asimismo, se deben garantizar las acciones de conservación preventiva, curativa y de restauración dentro del inmueble”.

El proyecto tiene aún estado parlamentario y prevé que el local se convierta en un espacio de memoria. Mientras la Cámara aún no lo trata ocurren estas cosas que sólo suman dolor.