Hospital Garrahan – Entre la licuadora y la motosierra

Trabajadores del Hospital Garrahan denuncian la licuación de sus salarios y la desinversión en insumos e infraestructura en el hospital. Un combo que atenta contra el normal funcionamiento del principal hospital pediátrico de alta complejidad de Argentina y que tiene una responsabilidad compartida 80/20 entre Nación y CABA
Las recientes discusiones en la cámara alta alrededor de la llamada ley Bases generaron a su vez discusiones y toma de posición de las centrales sindicales. Hubo plenarios de delegados y entre las situaciones que atraviesan diferentes organismos del Estado, estos encuentros permitieron echar luz sobre lo que está sucediendo con el principal hospital pediátrico de alta complejidad de Argentina y de la región: el Hospital Juan P. Garrahan.
Ubicado en la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires, su dirección es compartida, así como su financiamiento, en un 80% por el Estado Nacional y un 20% por CABA. Es aquí donde entran los planes de austeridad del que es responsable el gobierno de Javier Milei, a los que el mismo mandatario bautizó como “licuadora” y “motosierra”. Según un informe elaborado por la Universidad Austral a partir de los datos del primer trimestre de gobierno, hubo un ahorro de 7 billones de pesos comparado con el primer trimestre del año pasado.
Este ahorro recayó en las prestaciones de la seguridad social y transferencias corrientes, que aportaron en conjunto el 79% del (42% y 37% respectivamente), seguidos en menor medida por el recorte de la obra pública que aportó el 9,51% del total y las remuneraciones, con el 6,13%. De acuerdo a lo reportado en sus conclusiones por la universidad que sostiene la visión del Opus Dei, el aumento a las universidades nacionales apenas cubre la mitad de la inflación interanual y el salarial no alcanza los dos tercios. Al Garrahan lo comprende las generales de la ley.
En radio La Colectiva entrevistaron recientemente a Alejandro Lipcovichs trabajador y Secretario General de la Junta Interna de ATE Garrahan. En ese diálogo sostuvo que «Nosotros venimos denunciando desde hace muchos meses que el presupuesto del Garrahan estaba virtualmente congelado. Esta situación no es únicamente en el Garrahan, es generalizada. De hecho es la misma situación que, por ejemplo, la de las universidades. La diferencia posiblemente es que las autoridades de nuestro hospital no abrieron la boca, no hicieron ninguna denuncia de esta situación. El presupuesto lo actualizaron un 34% respecto del 2023. No hace falta explicar mucho, siendo que hubo una inflación cercana al 300%. Esto implica un enorme recorte, que impacta con mayor fuerza en el salario de los trabajadores y trabajadoras de la salud».
Lipcovichs aseguró que los salarios básicos, desde la categoría más baja, como la de un operario, hasta la más alta, como la de un médico asistente, son menores a la canasta de pobreza y que en el caso de las enfermeras que están atendiendo en el Hospital Oncológico, uno de los principales centros de atención oncológica del país, tienen salarios de $650.000, cuando la canasta de pobreza es de $850.000.
«Después de este problema salarial, la cuestión presupuestaria se va a empezar a sentir en los insumos, ya empiezan a faltar cosas”, afirmó y agregó que “El hospital está emparchando o cubriendo con recursos propios, que nos saca a nuestros salarios. La venta de prestaciones a las obras sociales y a las prepagas que deberían ir a parar a salarios, están congelados desde noviembre. Las autoridades los están utilizando para que no se sienta tanto el recorte de Nación. Esto es una bomba de tiempo, esos recursos no son infinitos, el presupuesto sigue sin actualizarse y la realidad es que vamos hacia una situación muy fuerte, en el marco de un sistema de salud que en general está siendo muy atacado».
Por otra parte, el gobierno de CABA parece acoplarse a las políticas económicas de Javier Milei y su equipo. De hecho, la situación por la devolución de fondos coparticipables, que de acuerdo a un fallo judicial debería habérsele devuelto a la Ciudad desde diciembre de 2022, sigue sin hacerse efectiva. Es decir, que este gobierno sólo ha acumulado una deuda con los habitantes porteños que ya llega a los $720.000, con el silencio de las nuevas autoridades. Un dinero que bien podría haberse volcado a la mejora de la situación de los trabajadores del Garrahan, entre otras muchas obras demoradas en la CABA.
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