La Sala V de la Cámara Criminal decidió el miércoles confirmar el procesamiento de
los policías metropolitanos acusados de disparar con balas de plomo el 13 de marzo de 2013, durante el intento de desalojo de la Sala Alberdi del Centro Cultural Gral. San Martín, oportunidad en la que hirieron a tres personas.

Hace un mes, la jueza Wilma López decretó el procesamiento de Nelson Maximiliano Acosta, Miguel Antonio Ledesma y Gabriel Heriberto Pereira de la Rosa por considerarlos coautores de homicidio agravado en grado de tentativa, reiterado, por resultar los imputados miembros de una fuerza policial y haber abusado de sus funciones en tres oportunidades. Sus defensores, los abogados Juan Martín Cerolini, Julián Curi y Sheila Borzani Papel (los dos últimos del estudio Righi-Montenegro), apelaron la resolución.

El lunes 6 de octubre, los trabajadores de la empresa Soho, a cargo de la producción, abrieron su primer local en el barrio de Villa Urquiza, Díaz Colodrero 3562. Los trabajadores conservaron su fuente de trabajo funcionando en forma cooperativa. Su ex dueño, Nelson Sanchez Anterino, acusado de propiciar el trabajo esclavo al tercerizar la producción en talleres clandestinos terminó quebrando el 24 de abril de 2014. Durante por lo menos los últimos cuatro años los trabajadores se vieron envueltos en los vaivenes económicos de un empresario denunciado por sus vínculos con los talleres clandestinos y por contrabando de autos, vínculos con narco prostíbulos, estafas y lavado de dinero. Los trabajadores lograron evitar el vaciamiento de la empresa en dos oportunidades y darle así continuidad a sus puestos laborales.

2 de enero de 2014

Esta entrevista realizada en 2007 gira alrededor de un trabajo de investigación sobre las construcciones en el barrio. En una zona de alrededor de veinticuatro manzanas se habían levantado o se estaban terminando de construir aproximadamente cuarenta edificios de una altura promedio de ocho pisos. La entrevista con Pompeyo Ramos Marrau, arquitecto urbanista y vecino de La Paternal, puso de relieve problemas que hoy estamos sufriendo con rigurosidad

Pompeyo Ramos Marrau - Lo que hace falta realmente en la Ciudad es un catastro riguroso. Un catastro riguroso te lleva a que se haga un vuelo aéreo actualizado, al día de hoy, que se haga una revisión de planos, mandar a la calle tipos de campo que hagan el dibujo final del parcelario de la ciudad, que incluye la cuestión jurídica, a quien pertenece cada una de las propiedades, construidas o no construidas, el uso que se le da a cada uno de los volúmenes te todas las construcciones, etc, etc.

Al no tener esto resuelto no podemos ver cuales son las edificaciones construidas, que es lo que vos has marcado en el plano. Cuales son las parcelas que están en construcción, por ejemplo. Con un catastro riguroso también sacas el equipamiento urbano que hay en toda esta zona. Este catastro permitiría una recaudación inmobiliaria necesaria que cualquier ciudad del planeta la tiene. Es uno de los recursos más importante que tienen los municipios para poder dar los servicios. El impuesto inmobiliario es el numero uno, la madre de los impuestos. Incluso puede que no sean zonas muy amplias, pueden ser doscientos metros de una zona determinada. Debe llegar a ser también un gran regulador de los desequilibrios que tiene una ciudad.

Ahora están con ese asunto del ABL. Yo no he escuchado ni leído a nadie que ataque el problema por su nombre, que diga impuesto inmobiliario por su nombre. Se lo disfraza con barrido alumbrado y limpieza...no conozco un antecedente en donde se cobre un impuesto para eso, el servicio más básico y elemental que tiene que dar un municipio.

Al tener esa falencia que tiene la ciudad que es no tener un catastro riguroso, tampoco se tiene un plano urbano. Porque el catastro sirve no solo para el impuesto inmobiliario sino también para brindarle todos los elementos necesarios a un diagnóstico posible que haya que hacer en un plano urbano.

2 de enero

Este fue el título de una nota publicada en la versión papel de Hormigas y Cigarras hacia fines de 2007. Realizamos una investigación sobre las construcciones de edificios en 24 manzanas de Villa del Parque-Santa Rita y entrevistamos a autoridades del CGP de aquel entonces, así como la opinión del arquitecto Pompeyo Ramos Marrau. La conclusión fue que en un par de años se fundó un pueblo sin preguntarle a los vecinos y sin prever ninguna de las cuestiones de infraestructura necesarias. Entre ellas la distribución de corriente eléctrica.

En noviembre de 2007 realizamos en la versión papel de Hormigas y Cigarras, una investigación en el barrio sobre los edificios recientemente construidos y aquellos que estaban a punto de habilitarse. Recorrimos 24 manzanas entre Cuenca y Nazca y entre Lascano y Remedios Escalada de San Martín. No fue antojadizo. Ese sector de nuestra trama barrial construía en ese lapso alrededor de cuarenta edificios. No se trataba de torres, eran todos edificios en promedio de ocho pisos, en algunos casos más grandes porque estaban en el medio de la manzana. En total, aproximadamente 3.000 habitantes en un par de años. El estado porteño dio los permisos de construcción pero jamás se ocupó de preguntarle a los vecinos si esta reconfiguración de las características de su barrio era aceptada.