El sábado a la mañana, vecinas y vecinos volvieron a poner una mesa en Villa del Parque para sumar firmas por el proyecto de ley en defensa de la identidad barrial. Esta vez se reunieron en la plaza Aristóbulo del Valle. Hubo un desfile incesante de personas que además de informarse firmaron el petitorio

Con el clima a favor, a las 11 de la mañana del sábado ya estaba armada la mesa con las planillas a firmar y los carteles colgados contra las rejas de la plaza Aristóbulo del Valle, en la esquina de Baigorria y Cuenca. Desde allí interpelaban “¿Todavía entra el sol en tu ventana? ¿Todavía ves el cielo en tu balcón?”

El problema que enfrentan es el crecimiento de la construcción de edificios en varios sectores de Villa del Parque y Villa Santa Rita, que tiene su origen a principio de siglo y se agudizó con la entrada en vigencia del nuevo Codigo Urbanístico. Un código rechazado por la mayoría de los ponentes en las audiencias públicas, que igualmente fue aprobado en la legislatura por la coalición gobernante y que entró en vigencia en 2019.

La actividad fue organizada por Conciencia Urbana Comuna 11, formada por un grupo de vecinas y vecinos autoconvocados que se declaran apartidarios, y tiene como objetivo denunciar los puntos del código que perjudican la calidad de vida y transforman la identidad barrial sin consulta previa, e informar sobre algunas de las consecuencias que acarrean estas construcciones.

El flujo de vecinas y vecinos que querían informarse o que directamente se acercaban a firmar fue incesante. Varios de ellos manifestaron que ya vienen sufriendo algunas de las consecuencias de este crecimiento en altura, baja presión de agua, conflictos con las obras y las demoliciones, tala de árboles que crecieron en pulmones de manzana y los cortes de luz que los llevaron a cortar calles en los días más sofocantes de este verano.

Dialogamos con Tamara, integrante del colectivo: “Conciencia Urbana somos un grupo de vecinos que nos dedicamos a verificar todo lo que tenga que ver con las problemáticas de la comuna. Particularmente hemos encontrado que en Villa del Parque las construcciones en altura fueron algo que sobrepasaron la cantidad establecida y vimos que tanto la luz, el agua, las cloacas se colapsaron. Estamos juntando firmas desde hace algún tiempo para acompañar un proyecto de ley, tomado por la diputada Claudia Neira, en el que pretendemos retrotraer el Código Urbanístico a 2018”, explicó.

Entre otras cosas el código actualmente vigente permite aumentar y unificar las construcciones en altura hasta siete pisos más dos de retiro en estos barrios, lo que transforma una parcela donde vivía una familia, en un hábitat para 18, 20 o más familias. Esto colapsa los servicios mencionados por Tamara y se suma el impacto ambiental, sonoro, visual, el aumento del tránsito sin previsiones, entre otros impactos negativos, porque tampoco se prevén establecimientos educativos o de atención primaria de la salud para los nuevos habitantes.

“La gente es muy receptiva, nos damos cuenta que la gente entiende la problemática. No somos rechazados porque comprenden que el barrio dejó de tener una personalidad. Los viejos vecinos del barrio ven que se está reconstruyendo de una manera no positiva por un montón de factores que trae esta construcción en altura”, agregó Tamara.

La arquitecta Beatriz Pedro, profesora de la carrera de arquitectura de la UBA, titular del Taller libre de Proyecto Social, identifica estos proceso como de gentrificación y apunta contra ellos señalando que “Hay que estar atentos, porque se hacen sin ninguna consulta con la población local, sin tener en cuenta el programa de necesidades locales, por eso menciono que es un proceso de cambio de la población”

Las integrantes del colectivo se entusiasman con la respuesta de los y las vecinas y no es para menos, su mesa de difusión se transforma con el paso de la mañana, en un punto de encuentro en el que quienes se acercan se llevan información, pero en el que también dejan sus propias preocupaciones y angustias sobre estos temas.

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