La Giralda reabre sus puertas

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Mítica. Así es la confitería La Giralda, ubicada en la Avenida Corrientes 1453. Este espacio fundado a finales de la década del treinta, célebre por sus chocolates calientes y churros de dulce de leche, volvió a abrir sus puertas. Un día para festejar lo mejor de la tradición porteña.

Este 25 de agosto, después de casi tres años de inactividad, recibió a los clientes con un renovado esplendor. Los primeros fanáticos llegaron cerca de las 7 de la mañana para revivir los sabores inconfundibles de uno de los espacios más antiguos de la Ciudad. Por su relevancia histórica, es considerado uno de los 15 bares “notables” y forma parte, en forma oficial, del patrimonio cultural porteño.

El notable bar ubicado en la Av. Corrientes 1453, que había cerrado en 2018, volverá a atender a sus clientes ya remodelado al estilo con el que se inauguró en la década de 1930. Nuevamente podrá ofrecer su tradicional chocolate con churros.

Los nuevos dueños son los primos Gabriel García y Nicolás Marques, quienes también administran otro clásico, el bar La Ópera, en Callao y Corrientes

“Nos encontramos con tres pisos distintos, fruto de las remodelaciones. Incluso tuvimos que hacer otra vez algunas de las bovedillas, porque estaban tan deterioradas que se habían venido abajo. Por eso decidimos diseñar un piso con mármoles de alta calidad a la antigua, con un diseño que podría haber sido perfectamente de las primeras décadas del siglo pasado”, explicó el arquitecto a cargo del rediseño Gustavo Cerrotti.

La idea es que La Giralda funcione de 7 a 2 de domingo a jueves, mientras que estará abierto todo el día los viernes, sábados y vísperas de feriado, siempre y cuando las políticas sanitarias lo permitan.

Ya en 2017, las últimas reseñas que se podían leer del bar no daban esperanzas. El consumo cayó, la demanda viró, el negocio gastronómico cambió. Es por eso que su primer propietario -la familia Nodrid- decidió venderlo.

“Fue durísimo sostenerse durante el aislamiento. Invertimos mucho y tenemos la gran expectativa que los antiguos clientes de La Giralda puedan visitarla y sentirse en su lugar, queremos que los que no vinieron la conozcan”, le comentan a Infobae los propietarios.

Nicolás es tercera generación de gastronómicos y Gabriel la segunda. Empezaron como mozos en la confitería La Ópera (Corrientes y Callao) cuando sus padres la administraban.

El anuncio de la inauguración se hizo por las redes sociales, y los usuarios no tardaron en sumarse. Había gran expectativa

Volver como en 1930

En el tiempo de inactividad se realizó una importante puesta, haciendo honor a su identidad vintage con toques algo románticos.

Los nuevos dueños decidieron preservar la historia y contrataron al estudio Pereiro-Cerrotti & Asociados. Reconocidos por ser quienes restauraron la confitería La Ideal, el Club Español, El petit Colón y el Museo del Jamón, entre otros lugares.

El arquitecto a cargo fue Gustavo Cerrotti que brindó a Infobae detalles sobre la restauración, que buscó respetar la identidad original.: “Encontramos el lugar en muy mal estado.. Buscamos recrear el emblemático bar, estudiamos la tradición oral y rescatamos todo lo que pudimos rescatar. Todo fue muy cuidado, hasta los apliques y artefactos colgantes fueron creados especialmente con una clara inspiración art decó. Las sillas son thonet y las mesas de mármol”.

Eso no fue todo. Entre las tareas se rescataron tesoros olvidados como un mural sobre la pared del fondo del salón que con motivo de La Giralda engalanaba el antigüo bar.

El amplio pasillo central ahora es más angosto. La barra es más grande, y hay más mesas que en la vieja La Giralda. En total hay espacio para 90 cubiertos y 25 comensales afuera.

Un legado familiar

Marcelo -el anterior propietario- heredó la confitería de su tía abuela, Ivonne Nodrid, mítica encargada de La Giralda. El bisabuelo lo compró en 1950 pero la cafetería se fundó diez años antes con la construcción del edificio lindero.

Bautizaron el espacio en honor a la torre campanario de Sevilla, que con sus 104 metros engalana la ciudad española. Con una sobria fachada y una puerta de acceso de dos hojas, en su interior cuelgan imágenes de su homónima andaluza.

Por La Giralda pasaron personalidades de todos los rubros: poetas, actores, cantantes, escritores. La historia dice que en estas mesas se sentaron personajes como Juan Domingo Perón, Arturo Frondizi y Raúl Alfonsín, y poetas, actores y músicos de la talla de Mercedes Sosa o Leonardo Favio.

La nueva LG

También se sumó una novedosa propuesta gourmet para almorzar y cenar a cargo del chef Miguel Barbona. “La Giralda no debe perder el chocolate con churros, que hace a nuestra identidad. Sumado a eso vamos a tener un menú donde se podrá probar desde un lomo al malbec con papines asados, panceta, champignones y cebolla caramelizada. Una bondiola braseada con puré de batatas con tofi (caramelo y crema de leche) con barbacoa. Para los vegetarianos habrá ensaladas, por ejemplo una de hojas verdes con peras asadas, garrapiñadas de nueces, queso azul y una vinagreta ácida. Además de una carta de vinos y tragos. Una mezcla de lo tradicional con lo sofisticado de nuestra cocina”, explica Marques.

Poco a poco la Avenida Corrientes vuelve a retomar su ritmo habitual, ese que se conoció previo a la pandemia y atraía a miles de visitantes. Y esta vez, de la mano de un delicioso clásico porteño.

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