Problemas para la inscripción en el lactario del Ramos Mejía
Como hace un año, al abrirse la inscripción on line para 2020 comienzan los problemas con las vacantes para el lactario que funciona en el Hospital Ramos Mejía. Las denuncias ahora indican que la sede para el jardín que figura en la inscripción es de un espacio en construcción. Esto genera dudas y angustias para las familias que requieren de esta prestación. El gobierno de la ciudad reitera su postura de que la obligatoriedad para la educación es a partir de los 3 años, a pesar de los numerosos fallos de la justicia en contrario.
La inscripción comenzó y este año la oferta educativa del lactario del Hospital Ramos Mejía figura, pero los papás notaron a la hora de inscribir a sus chicos y chicas que la dirección que figura es otra y no donde actualmente funciona. En la dirección de la calle Catamarca 342 que aparece ahora como sede del lactario, hay un edificio en construcción que había sido prometido para una organización vecinal. Esto fue corroborado también por padres del lactario que han inscripto a sus chicos en el primario y cuando ingresan la entidad de la que provienen también la dirección es la de la calle Catamarca.
Para despejar dudas respecto al funcionamiento del lactario nos comunicamos con Verónica Ferreyra, docente y delegada de UTE.
“Nuestra escuela tiene una historia en este hospital, comenzó en 1986. Antes funcionaba como guardería. Hasta ahora a nosotros no nos han informado nada. Nosotros seguimos funcionando en Venezuela 3158 en un pabellón separado de lo que es el hospital. La razón que expuso la ministra de Educación el año pasado para cerrar el lactario fue la posibilidad de contagio. Yo les cuento que desde 1986 no hay ningún registro de que haya habido algún contagio de nada en ninguno de los lactarios que funcionan en distintos hospitales”, explicó Ferreyra.
Hay un punto de coincidencia con lo que ocurrió en octubre del año pasado y es la desinformación. Recordemos que cuando la directora de ese momento del lactario pedía respuestas de por qué no aparecía la posibilidad de inscribir para ese jardín, le decían que era un problema del sistema que estaba colapsado y recién después de una intensa y sostenida movilización de familias y docentes se supo que había una decisión política de cerrarlo paulatinamente, dejando de inscribir en el primer año de vida de los chicos. Este antecedente es el que ha despertado la alerta en la comunidad nuevamente este año.
Sobre todo porque el año pasado, cuando se habló de trasladar el servicio a otro edificio, aseguraron que allí sólo funcionarían las salas de 3,4 y 5 años, porque desde el gobierno de CABA sostienen que esa es la obligación del Estado.
“Lo que estamos diciendo, junto con la comunidad educativa, junto con los trabajadores del hospital, junto con las comunidades barriales y nosotros desde UTE como docentes es que necesitamos más escuelas. Nosotros entendemos que el traslado es un cierre. Un cierre encubierto porque nos sacan de nuestro espacio”, concluyó la delegada.
Recordemos que la reapertura plena de las inscripciones para este año lectivo se terminó resolviendo recién en enero de este año cuando el juez López Alfonsín, del Juzgado N°18, obligó al ejecutivo a dar marcha atrás con la medida.
El lunes de la semana pasada familias y trabajadores realizaron una primera actividad de visibilización en la puerta del jardín, de lo que consideran una amenaza para sus posibilidades de educación. El jueves realizaron una abrazo en el hospital y esperan, si las lluvias lo permiten, realizar nuevas actividades fuera y dentro del Hospital Ramos Mejía.
HyC – Foto: Archivo